En una ocasión, cinthia me preguntó: ¿no me tocas? Le respondí, cínicamente: una persona que prefiere la tentación de la carne por encima de la tentación de perderse en sí, francamente, no puede salir nunca. ¿Salir de dónde? Salir de la calle y de la ciudad y del mundo y de allí…
Fueron bastantes ocasiones las que una voz (francamente irreconocible dado que se le escuchaba usando aditamentos que le encubrían) me preguntó: ¿por qué salir, por qué no quedarse y existir? Porque existir es malo para la vida, porque existir implica esfuerzo y la vida conciente está agotada de querer un sentido para no salir. Nunca le respondí, puesto que la voz era sorda y no quería escuchar.
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