Mi intención no es jugar a engañarme sino a convencerme. Con todo recato me sirvo de encender la tv, correr un disco, encender la computadora, tener un café. De entre el don que me regala mi tiempo, disfruto la volatilidad, derrochar mi animo y olvidarme que existo. El problema está en aquel justo instante en el que mis ojos, agotados de tanta luminosidad, recorren un espacio vacío en la pared. Cuando Bela Bartok rompe y me libera y me animo a dejar el hueco que ha creado mi cuerpo tumefacto. Puede ser que lo que encuentre en mi fingida atención sea sólo un requisito más para olvidar completamente mi voluntad. No quisiera hablar de ello. Quisiera gobernar desde la desdicha. Roer la vida, destruir mi cuerpo. Lanzarme a la emoción misma.
viernes
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despues de leer la vida es sueño, todo me habla de ella, es sombra!
ResponderEliminar¿Qué es el sueño? Una gota de muerte tan pequeña como puede serlo una lágrima que se disimula vertida en el cráneo de los hombres, tal es la causa del sueño.
ResponderEliminarPascal Quignard