Datos personales

Mi foto
Mexico
No rememoro tiempos en que no fuera de noche, de manera que no he tenido jamás forma distinta para señalarte que no fuera este distraído y atento juego de una mano que no diviso. Giorgio Manganelli





domingo

Cómo haré saber a mi inconciencia que afuera no hay nada, que fuera no existe nada que pueda satisfacer sus pedimentos. Es fácil de vigilia pero, cuando las sombras caen y los sueños hacen su aparición, parece que todo se encuentra fuera de mis posibilidades; me encuentro vulnerable, expuesto a mi, a mi interior. Claro que le tengo miedo. Es uno de los primeros conocimientos que adquirí al tomar conciencia: tenle miedo a tu inconciencia, me decía, tenle miedo a sus cavernas, a sus espacios inhabitables. ¡Cómo desearía poder prescindir del sueño!; tal vez sólo paulatinamente. Descansar un hemisferio a la vez. Mantener el otro alerta en dado caso de que alguna nube haga su aparición. Ya saben, nubes de desconcierto, de confusión.

Blab


*
¿Se puede compartir la necesidad? Como aquellos amantes que disfrutan no tenerse para apresarse demoledoramente en sus sueños. Cabida cuenta que existe la facultad de fantasear, ronda en mí el desteñido aleteo de una dama y su consonancia me permite, como siempre, el extravío. La he traicionado. Aún lejos de creer que este espacio es resultado de una conexión inusitada, permite la intimidad, el ocultamiento. Lo había olvidado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario