*
Bastante a menudo, el hombre está harto; hay epidemias de estar harto […];
pero, hasta ese asco, ese cansancio, ese disgusto de sí mismo, todo se desborda
en él tan poderosamente que, enseguida, se convierte en una nueva atadura.
Su no, dicho a la vida, trae a la luz, como por arte de magia, una multitud de síes más delicados […]
F. Nietzsche. Zur Genealogie der Moral.
Su no, dicho a la vida, trae a la luz, como por arte de magia, una multitud de síes más delicados […]
F. Nietzsche. Zur Genealogie der Moral.
En la mañana, lejos de permitirme control, asumo la posibilidad de que el mundo se termina y comienzo autodestruyéndome. Me permito la continuación de un fino pensamiento que me ha seguido a lo largo de suficiente tiempo. No cambia en nada cuando llega nuevamente, siempre trae consigo los mismos rostros, sus ímpetus y aquellas sus risillas con las que en el despertar del día anterior aparecieron.
Aprecio que me dejen solo, de manera que puedo recorrer infinitamente cada centímetro de mí espacio. Dirijo mi atención hacia lo que podría ser ese intangible yo que nunca se manifiesta completamente. Me rindo y adormezco entretejiendo historias que después no puedo apresar y que me pesan tanto en su absurda lógica, pues tratan de prevalecer por encima de toda convicción, custodiando desde una infame zozobra, sacando provecho de su momento a solas. Es justo cuando un destello de tedio me pone en pie para comenzar de nueva cuenta el recorrido interminable que mi enclaustramiento había preeveído desde siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario